Nuestros complejos son la fuente de nuestra debilidad; pero con frecuencia, son también la fuente de nuestra fuerza.
S Freud.
A continuación, se hará una aproximación a la explicación de los síntomas del border o límite de personalidad. Para empezar, haremos referencia a él psiquiatra Austriaco Otto Kernberg, quien enfoco sus estudios en los llamados casos fronterizos, casos límite o bordelines, sostiene que esta no es una categoría nosográfica (hace referencia a la clasificación y descripción de las enfermedades) residual; esto nos lleva a el limbo diagnostico donde se encuentran los limítrofes ya que no entran ni en la neurosis ni en la psicosis.
El bordeline tiene algunos de los rasgos de la estructura neurótica y otros rasgos de la estructura psicótica.
La sintomatología que propone Otto Kernberg típica del bordeline se expresa a continuación:
- Ansiedad crónica y difusa: los bordelines tienen una ansiedad permanente sin una razón evidente o bien identificada.
- Neurosis polisintomática: aquí podríamos decir que el bordeline tiene todas las neurosis juntas, ya que en rápida alternancia pueden ser fóbicos, obsesivos, histéricos, etc. Es posible señalar entonces la diferencia con el neurótico, en el cual predomina netamente uno de esos síntomas (el obsesivo tendrá un predominio donde el síntoma obsesivo es tal que éste le desorganiza la existencia), y la diferencia con el sujeto normal, que tiene todos los rasgos neuróticos pero atenuados, y sin que ninguno de ellos le desorganice la vida.
- Perversión polisintomática: El bordeline tiene también todas las perversiones, pudiendo alternar rápidamente entre homo y heterosexualidad, entre sadismo y masoquismo, etc.
- Posee estructuras pre-psicóticas clásicas, como las personalidades paranoide, esquizoide, hipomaníaca, ciclotímica.
- Neurosis impulsivas y adicciones.
- Trastornos caracterológicos de los llamados de nivel inferior, como personalidades infantiles, narcisistas, antisociales, etc.
- Manifestaciones inespecíficas de debilidad yoica, como baja tolerancia a la ansiedad, poca capacidad de manejo de impulsos (de aquí las neurosis impulsivas) y poca capacidad para sublimar.
Otra herramienta para el abordaje de los síntomas en el trastorno límite de la personalidad es el que nos brinda el DSM V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), a continuación, mencionaremos los criterios diagnósticos:
Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
- Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado. (Nota: No incluir el comportamiento suicida ni de automutilación que figuran en el Criterio .
- Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
- Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
- Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (p. ej., gastos, sexo, drogas, conducción temeraria, atracones alimentarios). (Nota: No incluir el comportamiento suicida ni de automutilación que figuran en el Criterio.
- Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o comportamiento de automutilación.
- Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo (p. ej., episodios intensos de disforia, irritabilidad o ansiedad que generalmente duran unas horas y, rara vez, más de unos días).
- Sensación crónica de vacío.
- Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira (p. ej., exhibición frecuente de genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
- Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves. Estas dos son dos perspectivas del abordaje a los consultantes con trastornos límite de la personalidad, haremos más hincapié en posteriores escritos.
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