En un lenguaje más operacional, la esquizofrenia implica una desorganización del sujeto en todos los niveles de funcionamiento. Las cuestiones más significativas de esta desorganización se pueden percibir en el funcionamiento familiar, laboral, las relaciones interpersonales, la falta de interés por el auto-cuidado y la falta de espontaneidad en las acciones.
La persona que está inmersa en esta enfermedad experimenta cierta desesperanza, un conflicto interno el cual no comprende, es una constante lucha consigo mismo y su realidad, la esquizofrenia está caracterizada principalmente por dos tipos de síntomas, los positivos y los negativos.
Los síntomas positivos corresponden a las alucinaciones, delirios, conducta extraña y el habla desorganizada. Según Frith (1995). Los síntomas negativos, son aquellos que se caracterizan por el embotamiento emocional, aislamiento, pobreza de lenguaje y actividad motora, las deficiencias cognoscitivas, se han visto como una forma de afrontamiento ante los síntomas positivos, pero a manera de manifestación social (Frith, 1995).

Establecidos los síntomas y la problemática, la arteterapia seria concebida entonces como un método terapéutico de hacer arte por personas que experimentan una enfermedad, trauma, o desafío en la vida, así como por quienes buscan un desarrollo personal, dentro de una relación profesional.
Al hacer arte y reflexionar sobre los productos y procesos artísticos, las personas pueden aumentar el conocimiento de sí mismas y de los otros, hacer frente a los síntomas, al estrés y a las experiencias traumáticas; reforzar las habilidades cognoscitivas; disfrutar de los placeres de la vida auto afirmada gracias a la realización artística. Asociación americana de Arteterapeutas (A.A.T.A)” (Díaz Martínez, Noemí. 2006).

De esta manera se vincula a las redes de apoyo o familias que según (Córdoba Hernández, Ángela 2005) “es concebida entonces como una unidad ecosistémica, que crea solidaridades de destino en el tiempo y en el espacio y opera a través de rituales, mitos y epistemes, que se organizan en el inter juego de procesos filogenéticos, ontogénicos y culturogenéticos”.
Así queda planteada la intencionalidad para que los procesos inmersos en las dinámicas de las relaciones de los esquizofrénicos y sus redes de apoyo o sistema familiar adopten patrones funcionales para cada miembro del sistema. Y de esta manera buscar una manera de sublimar el síntoma, permitiendo un proceso libre de conocimiento de las realidades que evidencia el paciente identificado y sus redes de apoyo
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